Las lluvias intensas que afectan a Colombia en esta temporada están causando desbordamientos y tragedias en departamentos como Chocó y Santander. Este fenómeno, con raÃces en problemas ambientales y agravado por la falta de planificación sostenible, representa una crisis con graves implicaciones socioambientales y económicas.
Colombia atraviesa una temporada de lluvias especialmente intensa, causando estragos en departamentos como Chocó y Santander. El aumento de los niveles de rÃos, las inundaciones y los deslizamientos están dejando comunidades en emergencia. Más de 46,000 familias han sido afectadas y el gobierno ha declarado situación de desastre para enfocar recursos en las zonas más impactadas, como el Chocó, donde 22 municipios enfrentan daños significativos, y Santander, donde las lluvias han cobrado vidas y destruido infraestructuras crÃticas.
Causas ambientales y humanas detrás de esta crisis
Las lluvias intensas no solo son resultado de fenómenos meteorológicos cÃclicos. La variabilidad climática está agravada por la deforestación desenfrenada, la explotación ilegal de recursos y una falta de planeación urbana que no considera los lÃmites naturales de rÃos y bosques. En regiones como el Chocó, la deforestación facilita el desbordamiento de rÃos, ya que el suelo pierde su capacidad de absorción. La urbanización sin control en varias partes del paÃs también incrementa el riesgo de desastres, al ubicarse en zonas propensas a deslizamientos y donde se desbordan los sistemas de drenaje urbano.
Consecuencias de no actuar: un costo más allá de lo ambiental
Si no tomamos medidas, el impacto de estas lluvias irá mucho más allá de lo ambiental. Las consecuencias incluyen:
1. Impacto social: Las familias en áreas rurales, muchas de ellas dedicadas a la agricultura, están viendo sus cultivos destruidos, afectando su subsistencia y la seguridad alimentaria.
2. Efecto económico: Cada desastre natural implica pérdidas para los agricultores, afectación del transporte y costos de reconstrucción, lo que impacta la economÃa local y nacional.
3. Deterioro ambiental continuo: La falta de sostenibilidad en el uso del suelo y la construcción aumenta la frecuencia de estos eventos. Sin árboles ni vegetación que ayuden a controlar el agua, la degradación ecológica avanza y se crean condiciones para futuros desastres.
El cambio empieza con nosotros: acciones individuales que suman
Frente a esta crisis, cada pequeño esfuerzo cuenta. Esto puede incluir prácticas como reducir la generación de residuos, optar por el reciclaje, apoyar proyectos de reforestación y exigir una mejor gestión de las cuencas hidrográficas. Es crucial recordar que estas acciones no solo benefician el ambiente, sino que también protegen los hogares y comunidades de eventos extremos futuros.
Los desastres que vivimos hoy nos recuerdan la importancia de una sostenibilidad en todos los aspectos: ambiental, social y económico. Invito a cada persona a reflexionar y a actuar, porque aunque una sola acción parezca pequeña, el cambio colectivo es poderoso. Al trabajar juntos y con un compromiso firme hacia la sostenibilidad, podemos construir un futuro más seguro para todos.